martes, 6 de mayo de 2008

Puta

“Hoy me levante; en el espejo me vi, no se si fue mi reflejo pero creo que en puta me convertí...”

Desde niña me criaste con los cuidados dulces que una madre podría tener con su hija, todas esas tardes de invierno que pase en tus brazos frente a la pequeña chimenea de la casa de los abuelos, jamás lo podré olvidar, fueron lo último bueno que hiciste por mi, fueron lo último que harías como madre, por que después te convertirías en mi dueña; enseñándome las necedades de la vida, enseñándome a ganarme como tú dirías el pan de cada día. Esas tardes de invierno entre tus brazos se convirtieron en tardes de desgracia, tardes en las cuales me educabas para amar a todos por igual, a ser una puta sin parar.
Puta es lo que fuiste y en eso también me convertiste; no te importó mi inocencia y se la entregaste al mejor postor, no te importo mi llanto de dolor, jamás te he importado yo; y mira las ironías de la vida, me hacías sufrir en vida, y después de tu muerte tu recuerdo me mata lentamente. Puta me educaste, puta que hoy llora y se rompe en pedazos, como aquel jarrón de flores amarillas que rompí de niña; puta que huele a cama, puta que no ama, puta que solo ríe de ves en cuando, puta que no tiene nada, puta que sólo sabe ser una cosa... puta.

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